Miami.- La temporada de huracanes en el Atlántico, que comienza oficialmente el 1 de junio, podría tener una actividad “cerca” o “por encima” del promedio, con entre 5 y 9 huracanes, de los cuales entre 1 y 4 serían de categoría mayor, anunció hoy la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de EE.UU. (NOAA).
Las previsiones de la agencia estadounidenses de cara a la temporada ciclónica en la cuenca atlántica, que afecta durante seis meses a EE.UU., el Caribe y México, apuntan además a la formación de 10 a 16 tormentas tropicales y un 75 % de posibilidades de que sea “cerca o más activa de lo normal”.
El pronóstico refleja la “posibilidad de un fenómeno de “El Niño” débil desarrollándose, junto con temperaturas promedio en la superficie del Atlántico y el Caribe”, señaló la NOAA. Dos factores que, agregó, “se establecen en un contexto de condiciones atmosféricas y oceánicas que son propicias para el desarrollo de huracanes y han estado produciendo temporadas de huracanes en el Atlántico más fuertes desde 1995″.
En una temporada considerada normal para la NOAA se forma una media de 12 tormentas tropicales, de las que 6 se convierten en huracanes y 3 de ellos alcanzan categorías superiores, a partir de 3 en la escala de intensidad de Saffir-Simpson, con vientos de más de 111 millas por hora (178 kilómetros por hora). Hasta 2016 el principal elemento responsable de una actividad ciclónica por debajo de lo normal en el Atlántico ha sido “El Niño”, muy presente en el Pacífico, que inhibe la formación de huracanes en el Atlántico.
Con “El Niño” se produce un aumento de la acción de los vientos cortantes en las capas superiores en el Atlántico, lo que reduce la actividad ciclónica en estas aguas, un fenómeno que no se espera que se produzca este año. El organismo precisó que hay un 35 % de probabilidades de que la temporada ciclónica, que concluye el 30 de noviembre, sea “por encima de lo normal”, un 40 % “cerca de lo normal” y un 25 % solo de que esté “por debajo”.
Para intentar advertir a tiempo a los residentes de las zonas más afectadas por estos fenómenos meteorológicos, la NOAA cuenta desde el año pasado con nuevas herramientas de observación, previsión y comunicaciones, como una “sofisticada cámara” instalada en el satélite GOES-16 y el nuevo satélite NOAA-20, que orbita sobre el polo. También utilizará este año una nueva versión del Sistema de Predicción Global denominada FV3 GFS y un modelo de seguimiento de huracanes de mayor resolución.
En el cuadro de nombres de las tormentas previstas en el Atlántico para esta temporada figura el primero Alberto y el último William, número 21 de la lista. Alberto es el nombre que podría recibir la fuerte borrasca que se está formando frente a la costa del Yucatán, en México, y que el Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. calcula en un 70 % que se convierta este fin de semana en la primera tormenta tropical del año, días antes de que comience oficialmente la temporada de huracanes.
En mente de todos está la temporada de huracanes de 2017 en el Atlántico, que será recordada por los devastadores ciclones Irma y María y por ser la primera vez que tres huracanes de categoría 4 azotaron las costas de Estados Unidos, con una cuantificación de daños de unos 200.000 millones de dólares.
En 2017 se batieron otros récords- fue también la más activa desde 2005, con 17 tormentas, de las cuales 10 fueron huracanes, seis de ellos de categoría mayor. La temporada de 2016 en el Atlántico fue también más intensa de los normal y trajo el destructor huracán Matthew, de categoría 5, que dejó a su paso por Haití al menos 500 muertos, según cifras de la NOAA.