WASHINGTON. Legisladores demócratas del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de EE.UU. revelaron hoy más de 3.000 anuncios de Facebook comprados por un grupo ruso “para crear caos político y herir la democracia estadounidense”, según los congresistas.
Estos anuncios, publicados en Facebook entre 2015 y 2017, fueron pagados por la empresa Internet Research Agency, con sede en San Petersburgo (Rusia), acusada por el fiscal especial Robert Mueller de lanzar una “guerra informativa” contra los últimos comicios estadounidenses de noviembre de 2016.
Páginas de Facebook creadas por rusos que abarcan todo el espectro político, desde “Blacktivist”, en defensa de los derechos de la comunidad afroamericana, hasta “Heart of Texas”, destinada a reunir a gente con mentalidad conservadora, compraron miles de anuncios en esa red social.
Otra página, llamada “Ejército de Jesús”, que tenía como imagen de perfil a Jesús luchando contra Satán, animó a los votantes a elegir un presidente con “moral piadosa”, según recogieron los medios estadounidenses.
Así, muchos de estos anuncios, comprados por rusos haciéndose pasar por estadounidenses, no respaldaron a un candidato específico, sino que propagaron mensajes incendiarios sobre temas sensibles, como la inmigración y el racismo.
Los legisladores señalaron que los anuncios revelados hoy tuvieron una efectividad y alcance distinto en cada caso, desde centenares de visualizaciones hasta más de un millón.
Hasta septiembre, cuando identificó 470 cuentas que compraron 3.000 anuncios por más de 100.000 dólares en un período de dos años, Facebook negó reiteradamente que los rusos explotaran su plataforma.
Desde entonces, la compañía con sede en California (EE.UU.) dice que ha adoptado una postura “mucho más agresiva” respecto a los anuncios sobre política, obligando a los compradores a verificar su identidad y ubicación y a revelar públicamente quiénes son.
De los trece individuos contra los que presentó cargos el fiscal especial Mueller en febrero, doce trabajaron en algún momento para Internet Research Agency.
Según el fiscal especial, los acusados se hacían pasar por activistas estadounidenses y usaban identidades ficticias en redes sociales para ponerse en contacto con ciudadanos de EE.UU. y pedirles su apoyo en diferentes causas políticas, como por ejemplo, ayudar al presidente estadounidense, Donald Trump, a “reforzar las fronteras”.