Al cumplirse el 59 aniversario de la expedición del 14 de Junio, el único sobreviviente, Delio Gómez Ochoa, dijo sentirse satisfecho con su participación de esa gesta antitrujillista y aseguró que disparó cinco veces al desembarcar en el aeródromo militar en Constanza, cuando llegaron de Cuba.
Gómez Ochoa, de avanzada edad, con voz entrecortada por los años y las enfermedades, al participar de los actos en el monumento a los Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo, refutó las afirmaciones que dan cuenta de que él no disparó su fusil, tras afirmar que lo hizo cinco veces.
“Puedo decirle que asistí a cada momento de desembarcar a todos. Escribí varias cartas que están ahí, a veces salen en la prensa. Viene con ellos en el avión y al haber una pequeña dispersión, una división de las fuerzas, el resto de los hombres plantearon que yo dirigiera ese equipo, fue solo así. Yo vine como asesor, yo vine para disparar, porque traje un fusil, si no ¿para qué lo traigo? se preguntó el cubano.
Gómez Ochoa argumentó que él era un antitrujillista convencido y un revolucionario que había participado en más de 25 combates en Cuba “ y en todos disparé, es decir, al llegar aquí disparé cinco veces en el aeropuerto. Ahora dicen que no hubo combate en el aeropuerto, pero yo pregunto a ustedes… ¿de dónde salen los 200 y pico de nombres de militares muertos, si ninguno de nosotros disparó?.
Al preguntarle si se siente satisfecho de su misión en la expedición del 14 de Junio, respondió que sí, “satisfecho, por lo menos está esto que tenemos ahora, que es mejor que la era de Trujillo, mucho mejor”.
Deploró las aspiraciones presidenciales de Ranfis Domínguez Trujillo, nieto del tirano Rafael Leonidas Trujillo. “Ahora están pujando por volver a traer a otro Trujillo, yo espero que eso que siempre dicen, para que nunca más ocurra lo que hizo Trujillo en el Poder”.
El héroe antitrujillista fue entrevistado a raíz de las declaraciones de José Daniel Ariza Cabral, testigo de las operaciones antiguerrilleras que afirmó que Gómez Ochoa no cumplió con su deber de estar con el comandante en jefe Enrique Jimenes Moya y que tampoco ordenó combates.
