Santo Domingo.- El excapitán del Ejército y confeso narcotraficante Quirino Ernesto Paulino Castillo aseguró que los ahorros que tenían Leonel Fernández y el senador Félix Bautista quedaron congelados en el Banco Intercontinental (Baninter) y fruto de eso él tuvo que “baquear” al expresidente.
“Cuando Hipólito (Mejía) cerró las puertas de Baninter inmediatamente se fueron ellos dos a pique (Leonel Fernández y Félix Bautista). Leonel apagó el fuego de Ramón Báez Figueroa conmigo. Me traicionó a mí, me metió a mí al medio para él limpiar el caso de Baninter”, aseguró el capo.
Quirino detalló que otros capos también aportaron a la campaña de Leonel Fenández, pero que por lealtad no puede revelar sus nombres.
Asimismo, reiteró que entre marzo del 2002 y mediados del 2004 entregó a Fernández en efectivo unos 200 millones de pesos (unos 4,6 millones de dólares al tipo de cambio actual) y aseguró que el exmandatario conocía el origen ilícito de los recursos.
El capo pidió a la Procuraduría General investigar la veracidad de sus denuncias. El procurador general se abstuvo de precisar si abrirá una investigación, pero ante la insistencia de reporteros detalló que el arresto y extradición de Paulino “se manejó con toda firmeza, con toda transparencia”.
Tras lograr un acuerdo con la fiscalía de Nueva York, que incluyó la entrega de 14,5 millones de dólares, Paulino obtuvo una condena reducida de 10 años de cárcel, que acaba de cumplir, y se encuentra libre en Estados Unidos.
Fernández había gobernado de 1996 al 2000 y en 2002 preparaba su campaña electoral para los comicios que lo llevaron nuevamente a la Presidencia en agosto del 2004.
El expresidente dijo en su cuenta en Twitter “esos ataques ponen de relieve la firmeza con que mi gobierno enfrentó a esos sectores del crimen transnacional organizado, a quienes extraditó en cumplimiento de la ley”.
Paulino, entonces capitán del ejército, fue arrestado en diciembre del 2004 por su vinculación con un cargamento de 1.387 kilogramos de cocaína, el más grande que hasta ese momento habían confiscado las autoridades dominicanas.
Su arresto evidenció las ramificaciones del narcotráfico dentro del ejército. Tras su extradición, aceptó en Estados Unidos haber introducido a ese país más de 30 toneladas de cocaína.
“Cuando Hipólito (Mejía) cerró las puertas de Baninter inmediatamente se fueron ellos dos a pique (Leonel Fernández y Félix Bautista). Leonel apagó el fuego de Ramón Báez Figueroa conmigo. Me traicionó a mí, me metió a mí al medio para él limpiar el caso de Baninter”, aseguró el capo.
Quirino detalló que otros capos también aportaron a la campaña de Leonel Fenández, pero que por lealtad no puede revelar sus nombres.
Asimismo, reiteró que entre marzo del 2002 y mediados del 2004 entregó a Fernández en efectivo unos 200 millones de pesos (unos 4,6 millones de dólares al tipo de cambio actual) y aseguró que el exmandatario conocía el origen ilícito de los recursos.
El capo pidió a la Procuraduría General investigar la veracidad de sus denuncias. El procurador general se abstuvo de precisar si abrirá una investigación, pero ante la insistencia de reporteros detalló que el arresto y extradición de Paulino “se manejó con toda firmeza, con toda transparencia”.
Tras lograr un acuerdo con la fiscalía de Nueva York, que incluyó la entrega de 14,5 millones de dólares, Paulino obtuvo una condena reducida de 10 años de cárcel, que acaba de cumplir, y se encuentra libre en Estados Unidos.
Fernández había gobernado de 1996 al 2000 y en 2002 preparaba su campaña electoral para los comicios que lo llevaron nuevamente a la Presidencia en agosto del 2004.
El expresidente dijo en su cuenta en Twitter “esos ataques ponen de relieve la firmeza con que mi gobierno enfrentó a esos sectores del crimen transnacional organizado, a quienes extraditó en cumplimiento de la ley”.
Paulino, entonces capitán del ejército, fue arrestado en diciembre del 2004 por su vinculación con un cargamento de 1.387 kilogramos de cocaína, el más grande que hasta ese momento habían confiscado las autoridades dominicanas.
Su arresto evidenció las ramificaciones del narcotráfico dentro del ejército. Tras su extradición, aceptó en Estados Unidos haber introducido a ese país más de 30 toneladas de cocaína.