La ex primera dama de Estados Unidos Michelle Obama (2009-2017) reconoció que el día en el que ella y su marido dejaron la Casa Blanca después de ocho años fue "el más triste" de su vida y confesó que lloró mucho.
Obama hizo esta confesión en su ciudad natal, Chicago, donde el martes inició una gira para promocionar sus memorias, "Becoming", ante unas 14.000 personas, que pagaron entradas que oscilaban entre los 30 y los 3.000 dólares.
"Fue un día lleno de emociones diversas", dijo la ex primera dama a la presentadora Oprah Winfrey, elegida para la ocasión para entrevistarla sobre un escenario en el pabellón deportivo United Center, sede de los Chicago Bulls de la NBA.
En ese 20 de enero de 2017, fueron treinta minutos de llanto a bordo del avión que les llevó de Washington a Nueva York, explicó, un momento que no incluyó en "Becoming".
"Pero me quedó marcado -agregó- porque era el final de un proceso muy difícil, donde con Barack intentamos hacer todo a la perfección".
La ex primera dama recordó que la salida de la Casa Blanca, para darle entrada al nuevo inquilino, Donald Trump, fue tan vertiginosa como la transición que vivió su familia cuando su marido se convirtió en el cuadragésimo cuarto presidente de los EE.UU.
"Todo proceso de transición es una locura. Un día eres una familia normal. Luego sucede la elección... Y tu vida cambia instantáneamente. Es como si explotara una bomba en tu casa", afirmó.
Y en el momento de irse, la transición es de nuevo "increíblemente rápida", dijo.
Michelle Obama también aprovechó la presentación de "Becoming" para confesar que durante la toma de posesión de Trump, en el escenario en el Congreso, fue incapaz de sonreír.
"No pude hacerlo", dijo. "Normalmente soy mejor que eso... Pero fue difícil", recordó.
En "Becoming", Michelle se esfuerza por superar el esquema clásico de la primera dama y pone el acento en experiencias universales ligadas a su vida familiar y laboral, así como una serie de duras críticas hacia Trump.