Ex director de migración confesó al país que en la provincia la Altagracia, Friusa, era un territorio de RD que ya le pertenece a los haitianos ; El 98% de niños que están naciendo ya no son dominicanos ; Abinader debe renunciar


Santo Domingo, República Dominicana – Una confesión devastadora del exdirector de la Dirección General de Migración, Enrique García, actual cónsul en Nueva York designado por el presidente Luis Abinader, ha puesto al descubierto una crisis profunda en el país. En un video público que ha circulado ampliamente, García reveló que el sector de Friusa, ubicado en la provincia La Altagracia, ha dejado de ser un territorio bajo control dominicano para convertirse en una zona dominada por la población haitiana. A esto se suma una estadística oficial que señala que el 98% de los niños que nacen en el país ya no son dominicanos, evidenciando que el gobierno ha perdido completamente el control de la situación migratoria, lo que ha llevado a sectores de la población a exigir la renuncia inmediata del presidente Abinader.

Friusa: ¿Un territorio perdido?


Friusa, situada en el corazón de Bávaro, en la provincia La Altagracia, al este de la República Dominicana, cerca de la conocida zona de Verón-Punta Cana, una de las regiones turísticas más importantes del país, ha sido señalada desde hace tiempo como un punto de alta concentración de inmigrantes haitianos, muchos de ellos en situación migratoria irregular. Tanto Friusa como Verón-Punta Cana, esta última parte del distrito municipal del mismo nombre, forman parte de una región conocida por su actividad económica ligada a la construcción y el turismo, atrayendo a miles de trabajadores extranjeros, principalmente de origen haitiano, quienes han establecido comunidades que operan al margen de las leyes dominicanas. Enrique García, quien encabezó la Dirección General de Migración entre 2020 y 2022 antes de ser designado cónsul en Nueva York por el propio Abinader, afirmó en el video que las autoridades han perdido el control de esta área, describiendo a Friusa como un "territorio que ya le pertenece a los haitianos", una situación que también se percibe en Verón-Punta Cana y sus alrededores.

Esta situación grave y real, que afecta directamente a los dominicanos, se ve reflejada en los reportes de residentes locales y organizaciones nacionalistas, quienes denuncian la proliferación de asentamientos informales, el predominio del idioma creole sobre el español y la exclusión de dominicanos en ciertas actividades económicas, como el transporte y el comercio informal, tanto en Friusa como en Verón-Punta Cana. El video de García, cuya autenticidad no ha sido desmentida por el exfuncionario ni por el gobierno, ha puesto en evidencia esta crisis.

Una cifra alarmante: El 98% de los nacimientos no son dominicanos


A las declaraciones de García se suma una estadística oficial que ha generado aún más controversia: el 98% de los niños nacidos en Friusa ya no serían dominicanos. Este dato, proveniente de fuentes gubernamentales, refleja una transformación demográfica sin precedentes en una de las provincias más estratégicas del país, dejando claro que el gobierno ha perdido el control de la situación migratoria y sus consecuencias. La magnitud de esta cifra subraya la gravedad del problema y el impacto directo de la migración irregular en la región, afectando no solo a Friusa sino también a áreas cercanas como Verón-Punta Cana.

Llamados a la renuncia de Abinader

La difusión del video con las declaraciones de Enrique García, combinada con las estadísticas oficiales del 98%, ha encendido las alarmas entre la población, que señala que el presidente Luis Abinader ha implementado una estrategia de manipulación de masas con el tema haitiano. Según esta visión, Abinader colabora activamente con organizaciones no gubernamentales (ONG) internacionales que financian operaciones destinadas a destruir la soberanía de la República Dominicana, con el objetivo de asentar masivamente a la población haitiana en el país. En la frontera, opera una mafia en el sector militar que cobra a los inmigrantes ilegales por permitirles la entrada, facilitando la llegada masiva de haitianos y agravando la crisis, todo ello con el supuesto respaldo del gobierno. Mientras tanto, se acusa a Abinader de ejecutar acciones contrarias que atentan contra la soberanía nacional, como la designación de García como cónsul en Nueva York tras sus declaraciones o la permisividad hacia la ocupación de territorios como Friusa y Verón-Punta Cana.

"Abinader nos vende una falsa protección nacional mientras entrega pedazos del país a intereses extranjeros y permite que nuestra identidad se diluya, todo bajo la influencia de ONG que buscan convertirnos en un asentamiento haitiano", expresó un usuario en redes sociales, reflejando el sentir de quienes exigen su renuncia. En su más reciente encuentro con la prensa, el mandatario rechazó las acusaciones de racismo y pérdida de control territorial, afirmando que "no existe ninguna zona en la República Dominicana donde las autoridades no puedan ingresar", incluyendo Friusa, una declaración que muchos consideran parte de su estrategia de manipulación frente a una realidad que afecta gravemente a los dominicanos.

Un debate que divide al país


El caso de Friusa no es aislado. La creciente presencia de inmigrantes haitianos en el país, exacerbada por la crisis política y humanitaria en Haití, ha generado un debate polarizado entre quienes abogan por políticas migratorias más estrictas y quienes, respaldados por ONG internacionales, piden un enfoque humanitario que facilite el asentamiento de haitianos y menoscabe la soberanía dominicana. Estas organizaciones han criticado al gobierno por lo que consideran expulsiones colectivas y prácticas discriminatorias, mientras que grupos como la Antigua Orden Dominicana han convocado marchas en Friusa y Verón-Punta Cana para reclamar la "recuperación" de territorios perdidos.

A medida que las tensiones crecen, el video público de Enrique García y las estadísticas oficiales han puesto al gobierno en una posición incómoda, exigiendo una respuesta oficial que hasta el momento no ha llegado. Lo que sí es evidente es que el tema migratorio continuará siendo un punto crítico en la agenda nacional, desafiando al gobierno de Abinader a enfrentar las acusaciones de complicidad con intereses extranjeros y a lidiar con la realidad de una frontera permeable controlada por mafias. Por ahora, el futuro de Friusa, Verón-Punta Cana y la identidad dominicana permanecen en el centro de una crisis real que golpea a la población y que no parece amainar.


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